El primero lo recogió hace seis años y hoy tiene más de cuarenta perros dálmatas. Es la historia de Nelson Vergara, un hombre chileno de 55 años que vive en la comuna de Padre Hurtado con decenas de estos canes. La hazaña lo ha llevado a aparecer no solamente en la prensa nacional, sino también internacional.
"Yo quería tener 101 dálmatas para llamar la atención, así como lo estoy haciendo” dice recordando la popular película animada de Disney. “Pero dentro de eso era parte de un proyecto que tenía de querer hacer algo para todos los perros de Chile", cuenta el hombre.
Pero su historia de amor por los animales tiene sus orígenes hace décadas atrás, cuando era un niño, hijo de un obrero y una dueña de casa. "Cuando llegué con un perrito que encontré en la calle a los diez años, mi papá me dijo que no le alcanzaba para darnos de comer a nosotros. Así que menos a un animal. Entonces, yo me propuse que cuando fuera adulto tendría muchos perros en mi casa. Y lo logré", recordó en un reportaje hace dos años atrás.
Sin embargo, no todo es tan “de película”. Nelson necesita cerca de veinte mil pesos diarios para alimentar a sus perros, cifra que se le hace difícil juntar y que recolecta principalmente por medio de donaciones. “Me doy cuenta que todas las personas hablan de querer hacer algo por los animales y no lo hacen. Hablan, hablan, hablan y al final no hacen nada”, agrega Vergara.
“El Dálmata”, como le apodan, también tiene otros problemas. La relación con sus vecinos es tensa, ya que se quejan de los malos olores y ruidos. "Yo estoy consciente de que mis perros no están en las mejores condiciones. No voy a negar que hacen bulla a los vecinos, que les molesta el mal olor, pero para mí es más importante proteger a los animales", admitía el fan de estos perros durante 2011.
"Yo sé que para los demás los que criamos perros como yo estamos locos, pero para mí un animal es más importante que mi vida. Cuando encuentro un perro al que están golpeando, me meto a rescatarlo. Si encuentro a uno atropellado, le presto auxilio", explicó.
Pero la historia de Nelson podría estar cambiando dentro de estos días. Hasta fines de octubre tenía plazo para abandonar el terreno donde vive, porque no le pertenece. Habrá que estar atento a qué sucede con este particular amante de los dálmatas.
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