Toda persona que haya tenido la posibilidad de compartir alguna vez con un perro, se habrá dado cuenta que en muchas ocasiones estos comen pasto como si fuera el filete más rico que les podrían haber ofrecido. Esta actitud, que es mucho más común de lo que uno puede imaginar, llama la atención de todos quienes comparten con perros. A pesar de lo extraño que puede parecer, esto no es algo al azar, siendo ocho de cada diez canes los que suelen hacerlo. Existe más de una explicación para esto. Una opción es que tu perro se encuentre con una baja de vitaminas en su dieta, lo que lo lleva a consumir pasto para poder suplirlo. Por otra parte, si tu perro no realiza mucha actividad física, esto podría derivar en síntomas de estrés o de ansiedad que lo harán lamer o morder cualquier cosa, como también comer pasto para liberar la energía que no descarga.
Sin embargo, la explicación más aceptada es porque cuando los perros se encuentran con dolores estomacales, el pasto que consumen los ayudaría a vomitar, limpiando su estómago para aliviar su malestar. Luego de vomitar, muchos perros también consumen su propio vómito. Esto es algo instintivo que no le provocará grandes problemas. Pero aunque el consumo de hierbas o pasto no le traerá graves inconvenientes, tampoco es bueno que esto se transforme en una práctica constante. A pesar de que esto es una actitud instintiva, no quiere decir que sea muy eficiente, pudiendo agravarse incluso el problema.
Por otra parte, si el pasto o las plantas que está comiendo no son de nuestra casa, corre el peligro de consumir plantas con fertilizantes o pesticidas que le pueden provocar problemas digestivos y dolores estomacales.
Además, si el consumo de pasto es de parques y plazas públicas, puede contagiarse de una infección llamada leptospirosis proveniente de la orina de animales como perros o gatos.
Para no pasar por estos momentos es muy importante que mantengas al día las vacunas y desparasitaciones de tus mascotas, así evitarás el contagio de infecciones. Si sigues estos consejos, no tendrás que preocuparte del pasto que consuma. Ahora, si esta práctica se repite en reiteradas ocasiones, es mejor que consultes con un veterinario y así despejar todas las dudas.