Un millón de perritos callejeros llenan cada rincón de nuestro largo y flaco país. No importa si es norte, sur, población o condominio. Se dejan ver en todos lados, moviendo su cola, jugando, buscando un poco de comida o cariño.
Pero por más que nos gusten y alegren la vida, dejar en manos de la naturaleza el control de su natalidad podría resultar muy perjudicial, para ellos y nosotros.
Transmisión de enfermedades a humanos, a otros perros y animales, contaminación ambiental y deterioro urbano por deposiciones y basura, alta probabilidad de sufrir ataques, mordeduras y lesiones hasta mortales, accidentes de tránsito y una vida de maltrato, hambre y sufrimiento.
Ante todas estas razones vale preguntarse ¿quién se hace cargo? Lamentablemente, hasta el momento nadie. Increíblemente recién este año se ha enviado un proyecto de ley que busca legislar respecto a la tenencia responsable de animales. Porque por más colectivos, brigadas, ONG’S y grupos animalistas que aporten haciendo campañas de educación, concientización y esterilización de animales, no es suficiente. Llegamos a un punto donde nuestra voluntad no es suficiente para combatir el problema en el corto, mediano y largo plazo. Aunque claro que es necesaria mucha voluntad para no contribuir a reproducir formas irresponsables de tenencia de mascotas.
Son las autoridades de salud y medio ambiente quienes debiesen hacerse cargo de realizar campañas reales sobre educación y esterilización de mascotas. Masivas y que lleguen a cada rincón de las ciudades y el campo.
Porque tampoco queremos que se repitan actos tan repudiables como las matanzas de perros que han llevado a cabo personas particulares y también municipios.
Sigamos haciéndonos cargo, participando y promoviendo formas sanas de relacionarnos con nuestros amigos animales, cuidándolos y dándoles todo el cariño que podamos. Pero también hagamos presión para que las autoridades que dicen velar por el bien común, den soluciones a este problema que aqueja a todos los habitantes del país, sean de dos o cuatro patas.
Por Camila Hidalgo.