Junto con el comienzo de las fiestas patrias, vienen también un sin número de tradiciones y juegos chilenos como el palo encebado, tirar la cuerda, la corrida de perros galgos, entre muchos otros. Sin embargo, como todos los años existe una tradición que cada vez suma más detractores y un progresivo rechazo en la comunidad, liderados por los grupos animalistas de Chile.
El Rodeo es una tradición chilena que se realiza hace más de 400 años en el campo y considerado como deporte nacional desde 1962. El objetivo de este "deporte" es que dos jinetes montados a caballo, detengan a un novillo en una zona dentro de la media luna, llamada "atajada".
Los argumentos de quienes justifican el rodeo generalmente apuntan a que los lugares donde se golpea al novillo son blandos, llamados puntos buenos, que se encuentran rellenos de paja y espuma, por lo que no le generaría dolor. Sin embargo, los detractores de esta práctica aseguran que esta zona no tiene nada de blanda y que este no es el único lugar donde se le golpea, ya que también choca con el cuerpo del caballo.
El ex presidente de la Federación Nacional de Clubes de Huasos y Rodeo de Chile, Ricardo Sandoval, cree firmemente en la tradición del rodeo y en los avances que ha tenido para evitar perjudicar a los animales. Sandoval no considera que exista maltrato, ya que ellos mismos sancionan a quienes empujen al animal a los puntos malos. A pesar de esto, no se trata de sancionar o no, sino de que de todas formas el animal es expuesto a situaciones donde pueden sufrir lesiones y daños innecesarios.
Emilio Oyarzo, comentarista de rodeo y conductor en la radio mirodeo, mencionó, luego de los incidentes sucedidos el año 2011 en la media luna del Estadio Nacional, que entendía la existencia de detractores, pero que hoy, a diferencia de los años de origen de este deporte, existe una reglamentación.
A pesar de esto, confiesa que "es lógico que al animal se le maltrata, no hay que negarlo, pero no es tan grave como se piensa". Agrega que “hoy se busca que el daño que sufra el animal sea el menos posible”. Esto demuestra la falta de criterio de quienes promueven esta práctica, ya que bajo ningún punto de vista la Declaración Universal los Derechos del Animal usa como medida la gravedad del maltrato. Todo daño, por más chico que parezca, es considerado como maltrato animal.
Los detractores de esta práctica aseguran que no se trata sólo del golpe en las colchas, sino que en este mal llamado deporte se comenten cientos de otros abusos que no se ven en la presentación. Patricia Cocas, directora de Pro-Animal, comenta que en muchos rodeos aún ocupan picanas cuando los animales no quieren salir a la media luna.
Generalmente, los argumentos a favor y en contra siempre aluden al daño físico al que se expone el novillo. Pero existe también un daño psicológico del que nadie se hace cargo. Los novillos ocupados en el rodeo son sometidos a constantes momentos de estrés.
La Policía Animal de Chile ha sido bien enfática en sostener que basándose en las definiciones de maltrato y crueldad animal entregadas por la PDI, la UNESCO y la ONU, bajo todo punto de vista, el rodeo es una actividad en donde existe maltrato animal, ya que en él se expone a los animales a sufrir lesiones y daños innecesarios, someterlos a constante ambientes de estrés y a situaciones que pueden causarles sufrimiento tanto físico como psicológico.
Incluso la Policía Animal de Chile va más allá, porque teniendo los antecedentes antes vistos, y considerando que el Estado de Chile pena el maltrato animal a través del Código Penal que declara que “el que cometiere actos de maltrato o crueldad con animales será castigado con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de dos a treinta unidades tributarias mensuales, o sólo con esta última", el rodeo en Chile no sólo maltrataría a los animales sino que, además, sería una práctica ilegal.
Es sumamente vergonzoso que todavía en el año 2013 sigamos creyendo que una tradición puede pasar por sobre los derechos de la integridad de los animales. No por ser una costumbre chilena que nadie cuestionó durante años, no se podrá acabar hoy legalmente con ella. El rodeo es en todos sus aspectos una práctica de maltrato, crueldad y muchas veces matanza animal. Es hora de acabar con estos mal llamados deportes que abusan física y psicológicamente de los animales.