Cuando tenemos una mascota, siempre es necesario estar atentos a posibles enfermedades o infecciones, que puedan afectar la salud de nuestros animales y también la de los humanos que los rodean.
La distemper, por ejemplo, es una enfermedad infectocontagiosa, que se transmite de manera viral, y que afecta principalmente a los canes, junto a otras familias de animales no domésticos, como los zorros, los lobos, los zorrillos, las hienas, y los felinos salvajes, por mencionar sólo algunos.
Si bien la distemper - también conocida como moquillo- es mayormente común en perros cachorros que aún no han desarrollado sus propios anticuerpos, ésta también afecta a canes adultos, en especial durante la vejez, o cuando éstos pasan por cuadros de bajas defensas. En ambos casos, el virus transmitido puede afectar los tejidos linfáticos, los tejidos epiteliales y los tejidos nerviosos de los animales, por lo que sus síntomas son amplios y complejos; los perros con distemper pueden presentar desde fiebre, diarrea, tos y vómitos, hasta erupciones en su piel o problemas motores o neurológicos. Lo más triste, sin embargo, es que la dificultad de contrarrestar el virus de la enfermedad la convierte muchas veces en un mal mortal para nuestras mascotas.
Para prevenirla entonces, los veterinarios recomiendan la vacunación regular de nuestros perros. Como la distemper se transmite de manera viral, el sólo contacto de tu mascota con un lugar contaminado, como una salida a un parque público, podría convertirse en un peligro, por lo que la primera inyección debe realizarse cuando éstos aún son pequeños, a las seis semanas de vida. En este fecha, los cachorros comienzan a perder los anticuerpos transmitidos por la madre, y debemos reforzar sus defensas con estos tratamientos vacunatorios.
La vacuna más común para estos casos es la Trivalente Canina, que también protegerá a tu perro contra la hepatitis vírica y la leptospirosis, otras enfermedades altamente contagiosas. Luego de la primera aplicación, deberás procurar que tu cachorro reciba una segunda dosis a los dos meses de edad, y luego a los 3 meses, para luego recibir un tratamiento anual que deberás mantener necesariamente, para que éste continúe protegido contra la distemper. Aunque este calendario de tratamientos es el más común entre los veterinarios, lo recomendable es siempre consultar con un profesional, y juntos acordar el ritmo de vacunas más adecuado, según las características y necesidades de tu perro.
Ojo con los mustélidos
El hurón, que pertenece a la familia de los mustélidos, y que cada vez es más común en los hogares chilenos, también puede contraer el virus de la distemper, con síntomas relacionados a las infecciones oculares y capilares. Para ellos, los cuidados son parecidos a los que debemos tener con nuestros perros: no exponerlos al exterior o a otros animales antes de aplicarle sus vacunas de cachorro, y mantener el tratamiento en el tiempo, con una dosis anual de vacuna preventiva aplicada por un veterinario profesional.
Todo lo que debes saber sobre la distemper
Publicado
por
Patricia Diaz