Todo comenzó cuando a Justin Bieber, para su 19º cumpleaños el pasado 1 de marzo, le dieron un peculiar regalo: un mono capuchino de tan solo 14 semanas. El cantante subió varias fotos con su nueva mascota a las redes sociales y bautizó al pequeño primate como Mally. Parecían inseparables.
Sin embargo, poco duró el vínculo entre ambos. A fines de marzo, Bieber llegó a dar un concierto en Múnich, Alemania. En el país europeo, las autoridades de la aduana confiscaron al mono por no haber contado con los documentos requeridos para que ingresara al país.
Así fue como Mally quedó al cuidado de un refugio de animales. Y si bien se contactaron con algunos representantes de Bieber, tampoco hicieron mucho por rescatar al animal, menos lo hizo el propio músico. "Si no se presentan más documentos, la orden de confiscación entrará en efecto y el animal pasará a ser propiedad del Estado alemán", advirtió el vocero de aduanas, Thomas Meister.
Por otro lado, desde el refugio afirmaron que Bieber debería pagar una cuenta que sumó varios miles de euros por la estadía de dos meses de su ex mascota, gracias a los costos en alimentos, cuidados y atención veterinaria.
El cantante fue bastante criticado por tener un mono de mascota y además tan pequeño, ya que no deberían haberlo separado de su madre hasta que cumpliera un año. “Lo mejor sería que no compraran monos, pero si lo hacen, mejor que compren cinco de una", dijo el gerente del lugar, Karl Heinz Joachim.
De hecho, aunque se calcula que en Estados Unidos existen cerca de 15.000 monos como mascotas, no es nada recomendable. “Los primates no deberían ser mascotas, tienen necesidades especiales. Son animales muy sociales, por lo que necesitan estar en compañías de otros como ellos. Si no, su bienestar emocional está corre peligro”, explican desde Nacional Geographic.
Finalmente, y luego de que se cumpliera el plazo decretado por las autoridades, el pequeño mono fue declarado alemán y lo llevaron hasta el Parque Serengeti en Hodenhagen, en el norte de Alemania. Se eligió el zoológico de este lugar porque es el único en el país que cuenta con una familia de monos capuchinos. Allí ahora convive con otros tres machos y tres hembras, una de las cuales nació en una fecha similar y le han llamado Molly.
La Oficina Federal Alemana para la Conservación de la Naturaleza, fue la encargada de acomodar a Mally con sus compañeros. Según señaló Judith Brettmeiste, la vocera del centro de acogida, esto se volvió “muy raro porque sólo conoce a personas, de modo que no ha aprendido ningún comportamiento social adecuado".
Actualmente, Mally tiene casi 30 semanas y pesa cerca de un kilo medio. Su dueño ahora es el gobierno alemán y el único recuerdo que le quedó de su corta vida con Justin Bieber es un muñeco de peluche que se cree se lo dio él. A este se aferró durante su cuarentena que duró varias semanas en el refugio, y un mes más en zoológico. Pero felizmente, pese a los contratiempos y a su corta edad, hoy Mally convive tranquilo con otros monos capuchinos, y sin ninguna estrella pop que lo deje abandonado en un aeropuerto.
La historia de Mally, la mascota de Justin Bieber
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Agustina