Muchas veces pensamos, o tenemos la idea preconcebida, de que a los bebés hay que mantenerlos alejados de los animales, sobre todo por las infecciones, los pelos y los ácaros. Además, solemos tener miedo a que éstos les hagan daño, los arañen, los boten sin querer, los muerdan o los pasen a llevar.
Sin embargo, una reciente investigación del Hospital de la Universidad de Kuopio en Finlandia, demuestra todo lo contrario. Las mascotas de nuestro hogar, como perros o gatos, no sólo les hacen compañía a nuestros hijos (as), les entregan diversión y cariño, sino que también ayudan a fortalecer su sistema inmune.
El estudio afirmó que los niños que durante su primer año de vida tienen contacto con perros, por ejemplo, crecen más sanos que los que no lo tienen, presentando un 30% menos de infecciones respiratorias –tos, rinitis, fiebre- y un 50% menos de infecciones al oído. De esta forma, los niños tienen menos necesidad de ingerir antibióticos.
La explicación: las mascotas que transitan entre el interior de las casas y el patio o calle, llevan bacterias y microorganismos que fortalecen el sistema inmune de los bebés, ya que entran en contacto con ellos.
Al contrario de lo que muchos puedan creer, el tener mascotas dentro del hogar no hace tener niños más enfermizos, sino que los hace tener mejores defensas a corto y largo plazo. El estudio contempla a mascotas que tienen posibilidad de entrar en contacto con el entorno y que no están todo el día dentro del hogar.
Si es que queremos tener niños más sanos, sensibles y alegres, ¡ya sabemos! Debemos tenerlos en contacto con mascotas, que además de mejorar su salud, ayudarán a que crezcan rodeados de aventuras.
Bebés y mascotas: Una vida más sana
Publicado
por
Camila Hidalgo