Para los amantes de los animales la pérdida de una mascota suele ser un golpe difícil de recuperarse. Cuando ellos son parte fundamental en la alegría de un hogar, la partida definitiva deja un vacío imposible de llenar. Las rutinas diarias, la dulce compañía y la fidelidad de su amistad son algunos ejemplos de las bondades que se pierden cuando nuestro compañero se nos va.
La tenencia de mascotas es una experiencia única que tiende a fomentarnos importantes habilidades afectivas. En ese sentido, nos enseña a preocuparnos de otro ya que el perro depende de nosotros para suplir varias necesidades. Aprendemos a conocernos desde el cariño que le podemos entregar a un tercero. Es decir, nos ayuda a desarrollar la sensibilidad.
De esta manera, la pérdida de un perro va acompañada de una sensación de tristeza como la más legítima de esas experiencias. Tal como si perdiéramos a una persona cercana, en algunos casos, la muerte de una mascota puede llegar a ser una verdadera tragedia. Aún más en los casos de las personas más solitarias.
No obstante lo anterior, la pérdida de la mascota debe ser un proceso que tenga su desarrollo y su aceptación. Debe ser asumido como algo natural, más aún en los casos de mascotas que mueren por alguna enfermedad que les trae consigo un enorme sufrimiento.
Este proceso de sufrimiento, luto y aceptación, muchas veces es incomprendido por quienes nos rodean. En nuestra sociedad no existe una conciencia cabal de los animales en general, tomando en cuenta sus necesidades y su bienestar, ni con el significado real que es tener una mascota. Muchas personas tratan el tema con absoluta liviandad.
Según el investigador estadounidense Gary Kowalski, las mascotas nos centran y son un cable a tierra. En ese sentido, nos permiten empatizar y conocernos más a nosotros mismos. Kowalski señala también la importancia de permitir que la tristeza se manifieste libremente. Recordar la vida del perro como parte natural, donde la vida y la muerte son parte del mismo.
Además, recomienda darle una sepultura con la dedicación y la sencillez que nuestro amigo merece. Finalmente, menciona la necesidad de recordar con amor a la mascota, guardar el mejor de los recuerdos y honrar su memoria manteniendo esa actitud de respeto, amor y compañerismo con todos animales. Sería el mejor homenaje para nuestra querida mascota.
Cómo abordar la pérdida de una mascota
Publicado
por
Felipe Araya