Los perros quiltros y callejeros parecieran ser toda una institución en nuestro país. Presentes en situaciones tan disímiles como marchas y actos oficiales, estos animales siempre tienen alguna historia qué contar. Hace pocas semanas se conoció la afortunada suerte de uno que, desde las calles de Valparaíso, terminó viviendo confortablemente en una casa en Seattle, Estados Unidos.
Todo comenzó cuando Kaylan O’Connor andaba de viaje en un crucero y tuvo una parada en Valparaíso. Durante las ocho horas que ella y su familia anduvieron paseando en el puerto, conocieron a un simpático can.
"Saltó a nuestros brazos como diciendo 'hola'. Era tan dulce y nos siguió todo el resto del viaje jugando con nosotros. Sabíamos que necesitaba un hogar y nos encantan los perros", recuerda O'Connor.
Lo bautizó como “Chili Dog” y nunca más se olvidó de él. De vuelta en su país natal, Estados Unidos, O’Connor buscó agrupaciones chilenas de defensa de los animales a través de Internet. Así llegó a escribirle a Alexis Castillo, director de la Red de Defensores y Rescatistas de Animales (EDRA), de Santiago.
"Me llegó un mail en inglés de una estadounidense que decía que se había enamorado de un perro de la calle y que quería que se lo mandara a Seattle. Lo leí con escepticismo, me pareció extraño y no lo pesqué", cuenta Castillo.
El hombre quiso poner a prueba a la estadounidense y le respondió que necesitaba 100 dólares para ir a Valparaíso a buscarlo y que si se los enviaba ese mismo día, él podría ir al día siguiente. La respuesta fue más que convincente: en 20 minutos O’Connor le había enviado 200 dólares a través de Western Union.
Así comenzó la búsqueda. Castillo junto a dos amigos pasaron todo un domingo recorriendo la ciudad. No tuvieron resultados. Luego volvieron con dos voluntarios expertos en animales, pero el rastreo tampoco fue exitoso. Pero no se rindieron y, siempre financiados por la mujer desde Estados Unidos, se tomaron la búsqueda más en serio. Imprimieron 4000 folletos y los repartieron por Valparaíso. Además se contactaron con las organizaciones animalistas de allá.
Tuvo que pasar un mes para que la misión contara con alguna luz de esperanza. Alexis Castillo recibió el correo de una voluntaria que ayuda en la esterilización de animales en la ciudad porteña. “Estimados Señores, leí un artículo sobre un perrito que buscan desde EEUU, lo encontré", decía el escrito. Comparando la foto que le adjuntaba con la que tenía O’Connor, se dieron cuenta que finalmente habían dado con el buscado perrito.
Pero aún faltaba la segunda parte de la travesía. Y es que así como las personas no pueden llegar e irse a vivir a otro país, mucho menos a Estados Unidos, los emigrantes caninos también cuentan con sus propias reglas.
De esta forma, “Chili Dog” debió ser vacunado, esterilizado y desparasitado. También tuvieron que convencer a una aerolínea para que lo transportara. En este proceso pudieron averiguar más sobre él: calcularon que tenían cerca de dos años y que había sido abandonado. Durante este periodo, fue Castillo quien se encargó de él.
"Es muy hiperquinético, muy juguetón y cariñoso. Es un quiltro muy inteligente. Al principio se negaba a subirse a la camioneta, pero cuando se dio cuenta de que cada vez que lo hacía era para llevarlo a un lugar más entretenido, se subía solo y se sentaba", contó.
Continuaron los trámites y finalmente, luego de dos meses, el perro logró ser trasladado hasta Seattle, donde viven los O’Connor. El costo total de la búsqueda y envío le costaron casi dos mil dólares a Kylan O’Connor, es decir, cerca de un millón de pesos. “Un dinero bien gastado”, dice su actual dueña. Hoy “Chili Dog” vive junto a otros dos perros y hasta pintaron un cuadro en su honor. Una suerte envidiable para cualquiera de los miles de perros vagos que viven en las calles de Chile.
La historia del perro callejero más buscado de Valparaíso y que hoy vive en Seattle
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Agustina