Una de las características más notables del labrador retriever es su carácter amigable y sociable (lo puedes comprobar en este video donde un labrador juega con un niño que padece de Síndrome de Down). Esta raza canina es una de las más populares del mundo, además de colaborar en rescates o terapias, entre otras funciones que les hemos dado.
Este perro es disciplinado, pacífico y manso. Es adecuado para la vida familia y necesita de mucho ejercicio. Es un buen nadador y es feliz si vive en zonas cercanas al mar. Con los niños, fácilmente se hace amigo.
“Los labradores son animales de compañía con un carácter muy manejable. Tienen buena relación con otros animales y seres humanos. Son muy activos y, en general, no necesitan mayores cuidados más que una buena alimentación para que en edades avanzadas sus articulaciones no resientan falta de vitaminas y nutrientes. También necesitan cepillados constantes porque pelechan mucho. Eso sí, no hay que olvidar que como en todos los casos, puede que algún ejemplar salga de esta regla”, indica Susana Pérez, veterinaria del centro médico para mascotas Home Clinic.
Si bien la Fédération Cynologique Internationale reconoce el origen del labrador retriever en Gran Bretaña, la historia popular de este perro está relacionada con la isla de Terranova en Canadá.
Esta raza que podríamos llamar simplemente “labrador” es un perro de tamaño mediano con cuerpo musculoso y fuerte. Los machos alcanzan una altura de entre 56 y 57 centímetros. En tanto las hembras, 54 y 56. El peso también varía según el sexo: para los machos es entre 27 y 34 kilos y las hembras, 25 y 32.
El pelaje de este perro es corto, denso y sin ondas. Tiene doble manto, es decir, el interior es suave e impermeable y el externo es más duro, lo que ayuda a mantener esta condición. Los colores aceptados para este tipo de perro son el negro, chocolate y el amarillo (desde el crema hasta el rojizo).
Salud y cuidados Aun cuando el labrador no presenta una tendencia a desarrollar enfermedades, las más comunes son la displasia de cadera y de codo, problemas de la vista y obesidad. El labrador tiene predisposición a ésta última, por lo que no es recomendable darle comida en exceso (no debemos dejar su recipiente lleno durante todo el día).
Esta raza es muy enérgica y necesita mucho ejercicio. Si bien es posible que pudiera adaptarse a vivir en un departamento, son necesarios largos paseos y que pueda jugar con otros perros (lo ideal es tres veces al día).
Y tú, ¿tienes un labrador? ¿Cómo ha sido tu experiencia?