Siempre se ha dicho que los gatos odian el agua, y que apenas sienten que está lloviendo salen corriendo a esconderse debajo del primer techo que ven. También, es sabido que estos felinos son animales sumamente independientes, incluyendo en esto, la capacidad que tienen para limpiarse ellos mismos.
Aunque muchos de ellos nunca han estado en una bañera y pareciera que no quisieran estarlo nunca, esto no significa que no se les puede criar y educar para que pierdan ese miedo. Si bien, algunos dueños prefieren que la lengua de su mascota se encargue del aseo, hay veces en que bañarlos puede significar una buena solución. Sin embargo, esto dependerá de muchos factores.
Si tu gato no tiene la costumbre de bañarse y se sabe que odia el agua, lo más seguro es que no sea necesario hacerlo pasar por una traumática experiencia como ésta. Lo importante, es saber cuándo es posible realizarlo. Primero, si tu mascota se ensucia con algo que le costará bastantes horas sacárselo, como pintura o algún líquido espeso, es mejor que lo limpies tú.
También, si en uno de sus viajes por el vecindario vuelve embarrado o demasiado sucio, puede que necesite algo de ayuda. Si por alguna razón se contagia parásitos o alguna enfermedad que afecta a su cuero cabelludo habla con su veterinario y en el caso de que lo encuentre necesario, arriésgate a mojarlo.
En el caso de que quieras que los paseos por la tina se vuelvan algo recurrente debes educarlo desde pequeño. Lo ideal es bañarlo por primera vez cuando está en su etapa de crecimiento entre los dos y tres meses, ya que esa es la edad en que el gato asimila más cosas. Si logras que no sea un suplicio para él, límpialo por lo menos una vez al mes. Vas a ver como en un tiempo más, se le hace algo totalmente natural.
Es importante que entiendas que bañar a un gato no es lo mismo que bañar a un perro. Los felinos son más delicados en este aspecto, por lo que debes tratarlo con mucho cuidado. Por ejemplo, cuando entre a la ducha y lo enjabones, hazlo como si le estuvieras haciendo cariño. También, ten precaución con los ruidos fuertes que pueda provocar el secador o que le caiga el agua directamente, ya que estas dos cosas lo pueden asustar mucho.
Igualmente, para algunos no resulta necesario esto. “Pienso que los gatos no se deben bañar por la simple razón de que ellos tienen su sistema de autolavado, se limpian día y noche. Jamás vas a encontrar malos olores o algo que haga necesario ducharlos. Por ejemplo, para el control de pulgas se les echa talcos especiales u otros productos. Aparte que se exponen a resfríos y/o otras enfermedades”, comenta Diego Soto estudiante de Ingeniería Comercial y dueño de tres gatos.
Finalmente, hay que entender que los gatos muchas son capaces de mantenerse por ellos mismos limpios, y que no los afectará en nada bañarlos. Pero también que existen algunos casos en que va ser necesario, y para que no tenga un trauma con el agua, debes enseñarlo desde pequeño.
Y tú, ¿bañas a tu gato?