Cuando escuchamos hablar de experimentos científicos en animales, pensamos de inmediato en ratones. Sin embargo, hay muchas otras especies que se utilizan para estos fines. Los perros tampoco se salvan y lejos la raza más utilizada son los beagles debido, principalmente, a que no sufren de enfermedades congénitas. Además, son dóciles, amistosos y confiables.
La industria de la experimentación afirma que se adaptan bien a vivir en una jaula y que es barato alimentarlos, según cuenta la organización Beagle Freedom Project. Los voluntarios de esta agrupación se dedican encontrarles hogar una vez que los laboratorios ya no los quieren.
Es común que los beagles sean obtenidos directamente de lugares donde los crían especialmente para poder venderlos a las instituciones. A los animales, en general, se les aplican pruebas en las cuales se les irrita los ojos o la piel, la que también les sensibilizan para provocarles alergias.
Asimismo, según explica AnimaNaturalis, se les somete a test de toxicidad (envenenamiento); mutagenicidad (daño genético); teratogenia (defectos de nacimiento); carcinogenicidad (causar cáncer); daño genético embrionario o fetal; y toxicocinética (para estudiar la absorción, metabolización, distribución y excreción de las sustancias químicas).
Los voluntarios que se dedican a buscarles hogar a los beagles, una vez que son liberados, explican que en un principio puede ser difícil su adaptación. Han vivido en jaulas todas sus vidas, donde no interactuaban con otros canes, y tampoco están familiarizados con juguetes, ni ropa de cama, y nunca han salido a caminar con correa. Sin embargo, “con el tiempo, la paciencia, el juego, el compañerismo, el amor, y sobre todo la libertad, estos perros aprenden a convertirse en perros, y su transformación será increíble”, advierten desde Beagle Freedom Project.
Rescates en Italia y España
En noviembre de 2011, un video que mostraba la reacción de unos beagles que por primera vez veían la luz solar y pisaban el pasto, dio la vuelta al mundo. Se trataba de parte de un grupo de 72 perros, casi todos entre 4 y 7 años de edad, que habían sido rescatados en junio desde un laboratorio español. 40 de ellos fueron llevados hasta Estados Unidos gracias a la organización Animal Rescue Media Education (ARME), la cual se encargó de sus adopciones
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Mientras que el año pasado en Brescia, una localidad en el norte de Italia, el rescate de otro grupo de beagles causó conmoción internacional. Hasta la compañía multinacional Green Hill, que “provee” de beagles a laboratorios en todo el mundo, llegaron más de mil personas, desde diversas ciudades del país. Se vieron motivados por una campaña de protesta que pedía el cierre de la planta.
No obstante, de pronto un grupo de decenas de activistas decidió hacer algo más que una simple protesta, luego de escuchar qué es lo que se hacía adentro, y derribaron las rejas. La policía no fue capaz de contener a los manifestantes, quienes lograron liberar a cerca de 40 perros, de diferentes edades. Finalmente más de una decena de personas fueron detenidas, siendo liberadas dos días después.
El incidente, ocurrido el 28 de abril, contó con importantes repercusiones. Gracias también a las denuncias presentadas ante las autoridades judiciales de la provincia, por las organizaciones Legambiente y AntiVivisección (LAV), el 18 de julio la policía cerró, temporalmente, las instalaciones de Green Hill. La operación dejó libres a cerca de 2.500 beagles.
Organizaciones animalistas calculaban que sólo de este establecimiento salían más de 250 canes mensualmente, los que acababan en mesas de operaciones para ser sometidos a procedimientos, incluyendo la vivisección e incluso sin anestesia. Laboratorios, farmacéuticas y universidades pagaban entre 450 y 900 euros por uno de estos ejemplares.
"Esperamos que las indagaciones en curso puedan arrojar luz definitivamente sobre las condiciones reales de los animales encerrados", sostuvo el presidente de LAV, Gianluca Felicetti, en un comunicado.
Luego de que los perros quedaran bajo la tutela de organizaciones animalistas, junto a comida confiscada para 60 días, fueron adoptados por distintas familias. Sin embargo, el cierre fue temporal y meses después, tras el recurso presentado por la empresa, el tribunal de Brescia levantó el embargo sobre sus bienes y la planta fue reabierta.
Recientemente, se dio a conocer la resolución de la Unión Europea que prohíbe experimentar con animales. No obstante, esto aplica solamente a los experimentos con fines cosméticos. Habrá que esperar que los beagles de Green Hill tengan igual suerte que los rescatados durante el año pasado.
¿Crees que se deberían prohibir estas prácticas?
Aquí un video del rescate en Italia.
Beagles: la raza de perros más utilizada para la experimentación
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por
Agustina