Los gatos son animales territoriales que establecen fuertes vínculos con su entorno. Y si un cambio de casa suele ser una situación estresante para casi cualquier persona, lo es aún más para estos animales. ¿Por qué es algo que les resulta tan complicado?
Estos felinos tienen varias formas de marcar lo que consideran su territorio: restriegan sus cuerpos y cabeza por distintos lados de la casa, y los machos sin castrar y algunas hembras también lo hacen con gotas de orina. Asimismo, delimitan distintas zonas según las actividades que allí realicen: áreas de alimentación, de juego, de caza o de descanso.
Es toda esta complejidad del territorio que han delimitado los que les hace complicarse con un cambio de casa, en donde tendrán que hacer todo de nuevo. ¿Cómo hacer más llevadera esta situación?
En primer lugar, como precaución en caso de que se altere y termine escapándose, es bueno ponerle un collar con la dirección y teléfono. También hay que prestarle atención a los lugares poco accesibles o estrechos como los clóset, bajo los muebles o entre medio de los electrodomésticos. Cuando los gatos están nerviosos o estresados, suelen buscar sitios como ésos para refugiarse.
En cuanto al día de la mudanza, es recomendable hacerlos permanecer en una pieza, aislados de los ruidos, personas, puertas abiertas y todo el movimiento que resulte del traslado de muebles. En este lugar deberá tener todas sus cosas como cama, platos, juguetes y caja de arena. Esta habitación debe dejarse para el final.
El traslado también tiene sus propios desafíos, ya que los gatos no suelen sentirse cómodos en los viajes en auto. Se aconseja darle de comer como mínimo tres horas antes del viaje y que sea algo liviano. Y si éste será muy largo, hacer algunas paradas para que pueda tomar agua o usar el cajón de arena.
Una vez que el animal llegue a la nueva casa, debería repetirse una operación similar a cuando se le mantuvo encerrado antes del traslado. Es decir, primero debería quedar habilitada la pieza en la que instalaremos a esta mascota, mientras todos los muebles son descargados. Este espacio le permitirá descansar y recuperarse del traslado en el auto, y también lo aislará de todo el ajetreo. Asimismo, es recomendable darle de comer en este momento.
Después de que la descarga de muebles finalice y el gato se haya acostumbrado a la habitación, puede salir a recorrer el resto de la nueva casa, pieza por pieza. Si una vez que le abres la puerta sale corriendo, es mejor esperar uno o dos días, o intentarlo de nuevo. Debes mostrar tranquilidad para demostrarle que se trata de un lugar seguro. También se debe cuidar que las puertas y ventanas estén cerradas.
Si tu mascota está acostumbrada a salir, espera un par de días después del cambio, luego puedes dejarla libre, pero bajo supervisión o con correa. A partir de dos o tres días luego de estos paseos, puede comenzar a salir más solo, pero la primera vez que salga afuera, se sugiere que lo haga durante algún día en que estés presente. Todos estos procedimientos además ayudan para que no intente regresar al antiguo hogar.
Un tip para fomentar la aclimatación es ayudarlo a difundir su olor por toda la casa. Con un paño de algodón suave o unos guantes finos de algodón, frótalo con suavidad alrededor de las mejillas y la cabeza. Así podrás recoger el olor que secretan gracias a sus glándulas faciales. A continuación tienes que frotar el paño o los guantes por distintos lugares de la casa que estén a la altura del gato.
Tomando las precauciones, y aunque se puede comportar extraño en un principio, este felino debería tardar entre una semana y dos meses en acostumbrarse bien. Sin embargo, también dependerá de la personalidad del gato, a los más tímidos puede costarles más adaptarse.
Por último, debes tomar en cuenta si la mudanza implica el cambio de un hogar distinto al que estaba acostumbrado. Por ejemplo, si un gato estaba habituado a vivir puertas adentro, no hay que forzarlo a salir si en la nueva casa tienen la oportunidad de hacerlo. Por el contrario, hay que esperar a que él decida si quiere explorar afuera, manteniendo la puerta abierta para que pueda entrar si algo le asusta.
Por otro lado, si el traslado es de casa a departamento tiene la ventaja de que no tendrá que enfrentarse con otros gatos, asunto que pasaría si el cambio fuera al revés.
Para aquellos gatos que vivirán exclusivamente al interior de la casa, es necesario estimularlos a hacer ejercicio y así evitar que se aburran. Dentro de las recomendaciones para mejorar su entorno se encuentran: jugar con él por lo menos una vez al día; tenerle lugares altos a los que se pueda subir y postes para rascar por los cuales pueda trepar; además de esconderle comida seca en distintos lugares de la casa, para que así tenga la oportunidad de descubrirla y “cazarla”.
¿Y tú has enfrentado un cambio de casa con tu gato?
¿Cómo enfrentar un cambio de casa con un gato?
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por
Agustina