El gruñido en el perro no indica necesariamente que este vaya a atacar, pero sí es una señal de advertencia a la que hay que ponerle atención. El tono y el contexto en el que se encuentre el animal, puede ser interpretado para así saber que es lo que nos quiere comunicar. Por ejemplo, cuando es un gruñido de tono bajo que no enseña los dientes, es parte del juego, muchas veces acompañado de suaves mordidas que no dañarán al amo, pero si es uno alto junto a fuertes ladridos, hay que tomar cuidado ya que en este caso se dispone a atacar.
Cuando un extraño se acerca al perro, tiende a gruñir como forma de defender su territorio, ya que lo siente amenazado por personas que no conoce. En caso de que la persona insista, este comenzará a ladrar e incluso podría llegar a morder, por lo que hay que tener sumo cuidado. Otro caso es cuando el can siente miedo. Una de las formas de disciplinar a un perro es a través de premios, ya que este, al cometer una buena acción, entenderá que si la vuelve a realizar recibirá un incentivo, conviertiéndola así en un hábito. Siempre es mejor reforzar desde el lado positivo que a través de golpes.
Al momento de instruir a una mascota, es importante la respuesta que entregamos a los gruñidos. Si este lo hace cuando le cortamos las uñas o si queremos que salga de algún lugar, mostrando así su molestia, lo peor que podemos hacer es mostrar miedo o alejarnos. De esta forma entenderá que el tiene el control, por lo que hay que responder con firmeza. Este tipo de actitudes son más difíciles de controlar entre más edad tenga el animal, por lo que es mejor enseñarle los límites cuando es un cachorro. Cuando uno castiga al perro por gruñir, le estás haciendo entender que advertirte por una incomodidad está mal, y tenderá a no hacerlo, entendiendo así quien manda. Esta acción siempre debe ser con cuidado y no a través de un trato fuerte.
Otra de las razones por la que el can puede gruñir, es por dolor. A diferencia de un humano, el perro no puede hablar y avisar que le duele alguna zona. Por lo tanto su forma de avisar que sufre de algún dolor, es a través del gruñido o gemido. En este caso la mejor opción sería llevarlo al veterinario para comprobar que es lo que tiene. Los otros casos tienen que ser tratados con cuidado y el amo debe estar presente, sobre todo en aquellos donde extraños invaden su territorio. El perro debe entender que no tiene el control, sino que lo tiene su dueño.
Los diferentes tonos del gruñido también explican distintas intenciones. Uno agudo expresa que quiere estar solo y no refleja un ataque cercano, más bien una advertencia. Un tono mediano lo prepara a morder, y uno bajo a la altura de su estómago indica que está dispuesto a atacar y hacer daño. Como indicamos anteriormente, el perro también gruñe como forma de juego. No obstante, lo que también tiene que ser tomado con atención. Si el sonido leve pasa a ser más agresivo, puede ser provocado porque el juego ya no está siendo del todo cómodo, y es mejor detenerse. Hay que entender que esta forma de respuesta es debida al estrés que sufre por una u otra razón, por lo que siempre hay que ponerle atención y cuidado a las reacciones.
Y ustedes, ¿qué experiencias han tenido con los gruñidos de sus queridos amigos?
¿Por qué mi perro gruñe tanto?
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Mascotadictos