Mientras los perros hacen noticias gracias a su olfato- como fue el caso de los canes que ayudaron a la policía a encontrar dinero de la mafia- esta vez fue el turno de un gato. En Italia, dos amigos se dedicaron a seguir a un felino hasta dar con una tumba romana de al menos dos mil años de antigüedad.
Mirko Curti junto a un amigo siguieron a un gato por las calles de Via di Pietralata, una zona residencial al noreste de Roma. El felino llegó hasta una salida pequeña dentro de una especie de gruta que había estado llena de piedras. Las rocas se habrían desprendido a causa de fuerte lluvias que se habían registrado a comienzos de semana. Gracias a esto, los jóvenes pudieron ingresar hasta el lugar, luego de seguir los maullidos del gato.
Una vez adentro, Curti y su amigo observaron que la caverna estaba abarrotada de nichos excavados según las costumbres romanas. Luego de observar detenidamente el suelo, también se dieron cuenta de que habían restos óseos humanos.
Al estudiar el lugar, los arqueólogos afirmaron al periódico británico The Guardian que, preliminarmente, las osamentas datan de entre el siglo I AC y 2 DC. La explicación que dieron los expertos con respecto a los huesos, es que debieron haber llegado al lugar después de caer de algún lugar del acantilado que se encuentra cerca.
Pese a vivir en una ciudad histórica, Curti declaró que jamás habría imaginado que se iba a encontrar con una tumba tan cerca de su casa. Afirmó que hacerlo fue “la experiencia más increíble” de su vida. Y todo gracias a un gato y su curiosidad.
La curiosidad felina
“La preocupación mató al gato” era una expresión inglesa del siglo XVI que aconsejaba no preocuparse en exceso. Luego la oración se convirtió en la popular frase sobre una de las características principales del comportamiento gatuno: la curiosidad.
Más allá de los dichos, un grupo de investigadores de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, quiso averiguar qué tan curiosos eran los felinos. Para saber con exactitud qué era lo que hacían fuera del alcance de la vista de sus dueños, colgaron cámaras de video a 60 gatos para así registrar todas sus actividades diarias. Para no perder ningún detalle, las filmadoras, diseñadas por National Geographic, tenían visión nocturna LED y eran a prueba de agua.
¿Los resultados? El 30% mató a un promedio de dos animales a la semana, afirmó Discovery News. Entre los comportamientos más arriesgados que realizaban los felinos, se encontraba el cruzar caminos (45%), además de comer y beber cosas que encuentran (25%). Mientras que un 20% exploró drenajes y otro porcentaje igual se metió en espacios angostos en los que podían quedar atrapados. Sin embargo, difícilmente alguno de los gatos de este estudio pudo encontrar alguna reliquia histórica de 2 mil años de antigüedad.
¿En qué comportamientos has visto que se manifiesta la curiosidad de tu gato?
La curiosidad no mató al gato: lo hizo encontrar una tumba romana de 2 mil años
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Agustina