Una de las desventajas de tener un animal doméstico, es la posibilidad de que acabemos oliendo a él, lo que puede ser desagradable para otros seres humanos. Todos somos conscientes de ello y nos gusta que nuestra mascota huela bien, quizás por eso es que en verano la venta de champús para perros se duplica. Tampoco debemos exagerar, debemos tener en cuenta que nuestra mascota debe mantener un adecuado nivel de sebo en su piel para protegerse de infecciones, por lo que los baños deben ser muy espaciados, desde dos y hasta cuatro semanas, combinándolos con suaves cepillados, con una frecuencia de uno a tres días. Es destacable en este punto que la humedad del baño, a pesar de lo mucho que nos empeñemos en secarlo, permanece durante tres días en el pelaje, por lo que existe la posibilidad de que el perro presente dificultades respiratorias después del baño.
En cuanto al champú de nuestra mascota, existe una variedad tan amplia como para los seres humanos, debemos recordar que nunca debemos aplicarle al perro nuestro propio champú para evitar alergias en su piel, pues es muy sensible.
Uno de los productos recomendados para nuestra mascota es Sir. Dog, Control de Olor de Drag Pharma, que elimina los malos olores del pelaje del perro. En cuanto al baño, igual como haríamos con un bebé, aprovechemos esta obligación para reforzar los lazos con nuestra mascota, haciéndolo un momento agradable. En ese momento, no olvidemos que los oídos se tienen que tapar con algodones y el agua ha de estar tibia. El champú se comienza a aplicar por el lomo, para continuar por las patas y dejar la cabeza para el final, poniendo especial cuidado en que no entre champú en los ojos. El enjuague debe ser en profundidad para evitar posteriores problemas en la piel por restos del champú y el secado primero será con una toalla y después con un secador usando el aire frío. Si notamos que tras el baño el perro mantiene el mal olor, debemos acudir a un veterinario.
Nuestros gatos también causan algunos “perfumados” problemas, no obstante, existen pequeños trucos para que nuestra casa no huela mal producto de los orines y deposiciones de nuestras mascotas. Algunos de ellos son el bicarbonato de soda, que se puede esparcir desde la arena del felino hasta las mantas o sillones o simplemente colocarlo en un bote abierto. Otro truco es usar vinagre blanco, que se aplicará en la esponja que usemos para limpiar los lugares en los que se haya ensuciado. Además, si podemos invertir en ello, también podemos adquirir productos veterinarios, todos ellos a base de enzimas para evitar los olores de nuestras mascotas. Aunque un detergente multiuso diluido en agua nos servirá igualmente. En cuanto a los gatos, el gran problema es el olor de sus orines y fecas. Si alguna vez lo hace fuera del lugar apropiado, tenemos que poner sobre el lugar una placa de vinilo o plástico. Si esto no funciona, deberemos apostar por el bicarbonato de soda y vinagre blanco para quitar el olor y evitar que siga haciéndolo en el mismo lugar.
¿Cómo hacer que nuestra mascota huela bien?
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