Normalmente tomamos a los animales de compañía como lo que son: un miembro más de la familia. En ocasiones podemos observar que nuestro compañero siente miedo y, como no podemos consolarlo racionalmente, para ayudarlo tenemos que conocer un poco más sobre estos temores que aquejan a nuestra mascota.
El miedo se manifiesta de forma distinta en perros que en gatos, revisemos ambos comportamientos:
Los perros son animales comunitarios, por lo que dentro de su instinto está el comunicar cómo se sienten. En un perro asustado sus orejas estarán hacia atrás o incluso pegadas a la cabeza; su cola hacia abajo y entre las patas traseras; tendrán el hocico generalmente cerrado, su cabeza agachada, los ojos entreabiertos o cerrados. Su cuerpo estará encorvado o agachado y usualmente emitirá gemidos. Si gruñe y muestra los dientes, indicará agresión debido al miedo que siente.
A diferencia de los perros, los gatos por lo general no cooperan para la caza ni forman grupos cohesivos. El lenguaje felino es complejo y sutil, por lo que no es fácil diferenciar cuándo tiene miedo o está enojado, por lo que hay que observar varias partes de su cuerpo para entender completamente el mensaje. Algunas de las señales inequívocas de miedo en nuestro felino son: La cola inflada y arqueada indica que el gato está en una posición defensiva, una defensa puede convertirse fácilmente en ataque. Los ojos, las pupilas dilatadas indican que un gato está asustado y a punto de volverse agresivo. Las orejas, en losgatos asustados o a la defensiva aplanan sus orejas hacia los costados, como signo de sumisión. Los gatos que se están peleando también suelen mostrar este comportamiento, para evitar heridas. Las orejas, Si el gato tiene miedo, está irritado, o está enfermo, sus bigotes se echan hacia atrás a lo largo de sus mejillas. La boca: un siseo con la boca abierta demuestra que el gato se siente amenazado y a la defensiva.
Los miedos animales han sido agrupados en tres clases diferentes con el fin de enfocar la mejor terapia o conducta ante este hecho:
1. Miedos innatos o inherentes del animal
En este grupo incluimos el producido por la cercanía de amenazas o depredadores, por riesgos ambientales (fuegos, tormentas, etc.), por los nuevos ambientes, hacia otros animales de su especie o humanos que se comporten de manera agresiva o beligerante.
Muchos de estos miedos están causados por una falta de socialización o sobreprotección del animal. Hemos de reaccionar ante ellos con calma controlando la situación e incluso con indiferencia para que el perro vaya adquiriendo seguridad por sí mismo.
2. Miedo como respuesta aprendida
En este caso se ha desarrollado esta actitud en el animal debido a la relación causa - efecto producida por aprendizaje. Cuando a un perro cada vez que ha demostrado miedo a algo o alguien ha sido premiado con mimos o alimento, el animal seguirá respondiendo a dicho estimulo con el fin de recibir el premio.
También se consideran dentro de este grupo los miedos producidos como respuesta ante un suceso doloroso o traumático para el animal, que si no son tratados adecuadamente en el momento preciso, pueden evolucionar en una fobia.
Muy importante es la socialización y exposición del perro desde cachorro a estos estímulos, ya que cuantos más sonidos, olores, personas o animales conozcan, más equilibrado será su comportamiento.
3. Fobias
Son la respuesta ante un hecho doloroso o traumático para el animal o bien por no haber aprendido este suceso en la fase inicial de cachorro. Por lo tanto, en la época adulta no son capaces de enfrentarse a tal miedo.
Para combatir las fobias nunca hemos de aplicar una terapia de castigo o exceso de cariño, ya que ambas son contraproducentes. Lo más importante es lograr la asimilación del problema por parte del animal mediante una serie de ejercicios básicos:
- Hacer exposiciones ante la fuente provocadora de la fobia de manera gradual y nunca llegando al umbral de máxima tensión. Por ejemplo, si un perro tiene miedo a la ducha, hemos de empezar acercándolo poco a poco a ella e incluso usarla de modo que despierte su curiosidad.
- Mediante la exposición asociada a un premio, le enseñamos a asociar la presencia del agente causante de la fobia con algo agradable. Por ejemplo, el timbre de la puerta: cada vez que suene, premiamos la buena conducta del animal, nunca premiamos lo contrario.
- El ejercicio se puede usar como terapia para educar a nuestro animal a erradicar una fobia. Una muy buena idea es hacer ejercicio con él antes de exponerlo al agente causante del miedo. Por ejemplo: después de un buen paseo para un perro, o después de haber jugado con el gato un gato, etc.
No hay que olvidar que siempre es conveniente estar asesorado de un veterinario o etólogo, que es el especialista en comportamiento animal.
¿Qué hacer cuando nuestra mascota tiene miedo?
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Mascotadictos