Uno de los grandes planteamientos en los que a veces caen los padres -o cualquier persona que requiera un buen acompañante-, es cómo obtener un perro. Gran parte de la población tiene claro lo beneficioso que los canes pueden aportar a la comunidad o en una casa, como la compañía a la familia, el papel de guardián del hogar, el aporte en el crecimiento de un niño, o incluso hasta el rol que pueden cumplir como guía para una persona con alguna discapacidad. Sin embargo, luego de dar el primer paso de decidir que se quiere a un nuevo integrante en el hogar, viene la forma que se empleará para la obtención de la mascota, donde se instala una gran interrogante para muchos.
¿Qué es mejor, comprar o adoptar una mascota? Lamentablemente, creo que para muchos no está claro por qué una posición puede ser mejor que la otra, omitiendo la forma y conformándose con conseguir el fin. No obstante, entre adoptar y comprar un animal existen diferencias garrafales, tanto en el ámbito privado de las personas como para el sentido comunitario de la población. A continuación veremos algunas de éstas.
Adoptando luchas contra el abandono. Sabemos que actualmente existe una gran población de perros callejeros en Chile, la que según estudios de la Universidad Iberoamericana, está contribuyendo a la formación de animales más “peligrosos para la sociedad”, ante lo cual pueden surgir distintas políticas inhumanas para intentar controlar esta situación, como las empleadas por algunos municipios durante el último tiempo.
Adoptando salvas una vida. Relacionado con el motivo anterior, una de las opciones que se barajan para extinguir la masiva presencia de perros en sectores urbanos, siempre es la eutanasia canina, la que ya se ha estudiado incluso en proyectos parlamentarios.
Porque se merecen una oportunidad. Los perros que habitan en las calles o que, con un poco mejor suerte, son llevados a caniles o perreras, son como niños huérfanos. No tienen la capacidad de surgir por su propia cuenta, pero sí la de entregar amor y fidelidad.
Porque los amigos no se compran. ¿Estarías dispuesto a pagar por conseguir el aprecio de un amigo? ¿O a enseñarle a tu hijo que los amigos se consiguen con el dinero? Eso es lo que estarías practicando si recurres a la opción de comprar una mascota. Estas poniendo precio a una cabeza, y entregando un valor muy negativo para quienes crecerán y se encuentran aprendiendo.
Comprando canes contribuimos a una acción, que si bien legalmente no es incorrecta, debido al estatus jurídico de los animales (para la normativa vinculada a ellos y su tenencia, son “cosas”), éticamente corresponde al negocio de vidas.
Por otro lado, últimamente en el país se ha tratado de incentivar la adopción de mascotas, pero las iniciativas han sido débiles comunicacionalmente, en gran parte, porque no existe un marco legal coherente y efectivo en la materia, a diferencia de otros países como México, donde al igual que en Chile, existe una gran población canina callejera, pero donde se han implementado acciones más explícitas y asertivas, como publicidad aguda sobre el tema.
Entregados estos datos, ¿Cuál sería tu elección, adoptar o comprar una mascota?
¿Adoptar o comprar una mascota?
Publicado
por
Patricio Quilodran Navarrete