Tener un perro integrado a nuestra familia otorga a cada miembro de ella beneficios en lo referente a la salud desde muchos aspectos. A continuación se detallan algunos de ellos:
Ayuda a socializar: A un perro se le debe dar al menos un paseo diario, también se le debe llevar regularmente a visitar al veterinario y en todas estas actividades vamos a estar relacionándolos con otras personas, con quienes estableceremos vínculos positivos que tienen en común a nuestras respectivas mascotas.
Mejora el sistema inmunológico: La presencia de un perro influye positivamente en nosotros, mejorando nuestras defensas naturales. La psiconeuroinmunología, disciplina en la que se relacionan tres ramas de la medicina, ha demostrado que, gracias a la relación nuestra mascota, aumentan las células encargadas de la defensa contra enfermedades. Lo anterior mejora nuestras defensas permitiendo que nos enfermemos menos, mejorando nuestro estado anímico y manteniéndonos más alerta, dispuestos a la acción y saludables. Es recomendable que los niños de corta edad tengan contacto con los animales domésticos, pues esto les permitirá a su organismo ir “conociendo” a los antígenos para formar sus defensas.
Previene enfermedades cardiacas: El ejercicio que hacemos al sacar al parque o a la calle a nuestro amigo de cuatro patas influye positivamente en nuestro organismo, disminuyendo los niveles de colesterol, ayudando a mantener un peso corporal adecuado que no sobrecargue nuestro corazón, ayudándonos a realizar una mayor actividad física para evitar infartos, mejorando la expectativa de vida de aquellas personas que realizan caminatas de manera periódica con sus mascotas respecto de aquellos que no las hacen.
Ayuda a los adultos mayores a sobrellevar mejor la soledad: Está comprobado que cuando un adulto mayor tiene la posibilidad de contar con la compañía de un perro, mejora su calidad de vida. Un cachorro de carácter moderado es ideal, porque su dueño(a) tendrá que ocuparse de él, planificando sus comidas, sus juegos y sobre todo, darle y recibir afecto. Los juegos con el perro lo mantendrán activo y alerta, lo cual los beneficia a ambos.
Mejora el sentido del humor: Tener la posibilidad de interactuar con un perro nos permite tener las 24 horas del día a alguien que siempre está dispuesto a hacernos reír, sonreír o nos asombra con la simpleza de sus actos. Ver jugar a nuestro perro nos pone de buen ánimo y, a través de las endorfinas naturales de nuestro cuerpo, nuestro humor mejora notablemente.
Colabora con el mejor estado físico de las mujeres embarazadas: Una mujer que va a dar a luz necesita caminar al menos 30 minutos al día. El tener dicha caminata junto a su perro, ayudará a mejorar el estado físico de la futura madre que le permitirá tener un mejor parto, reducir los riesgos del sobrepeso y además de la elevación de la presión arterial, con todas las consecuencias negativas que esto conlleva.
Enseña a los niños a asumir responsabilidades: Es muy bueno que los niños de la familia se sientan responsables del bienestar de la mascota de la casa. Esto puede lograrse a través de permitir que ellos le den su comida, limpien su lugar o jueguen con ella. Sin duda, esto será una buena enseñanza de responsabilidad sobre el cuidado del otro.
Beneficia la salud de personas enfermas: La zooterapia es una nueva actividad clínica que le adjudica a los animales el rol de “sanadores” a través de su trabajo con personas que padecen de autismo y aquellos que presentan disfunciones visuales o auditivas, mejorando su vida en muchos aspectos, ayudándolos a integrarse y dándoles amor en su estado más puro.
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Tener un perro mejora la salud del dueño
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Mascotadictos