En la década de los ´90 la “chica terrible” de la moda, Naomi Campbell, finalmente mostraba un buen corazón al participar en un anuncio de PETA (Personas por el Trato Ético hacia los Animales). Apareció en un anuncio desnuda, asegurando que prefería estar desnuda que usar pieles de animales.
Sin embrago, años después posó para una campaña para promocionar lujosos abrigos que costaban más de cien millones de pesos. La polémica estalló y PETA nada amistosamente le pidió que dejara de relacionarse con ellos, dejando de ser parte del grupo.
Pero no sólo la top model está en la “lista negra” de esta organización, así también las gemelas más conocidas de Hollywood Mary Kate y Ashley Olsen, quienes habitualmente usan pieles y que las incluyen en su marca de ropa: The Row. También figuran entre sus “enemigas” la actriz Lindsay Lohan y la ex cantante y ex Spice Girl Victoria Beckham.
Pero las “funas” no son sólo se dan en las lejanas tierras de la industria del cine, en Chile los animalistas también han sacado la voz. La organización AnimaNaturalis organizó una “bienvenida” a la cantante Jennifer López en su reciente visita a Chile, ya que es reconocida por la reiterada utilización de pieles en su vestimenta. “Consideramos relevante pronunciarnos frente a las habituales prácticas de la intérprete en utilizar y ostentar prendas que derivan de la piel de conejos, visones blancos, zorros árticos, chinchillas y tantos otros (algunos en peligro de extinción). Hecho con el cual estamos en total desacuerdo, y creemos anti-ético, pues atenta contra la vida de otras especies que merecen vivir y ser respetadas”, aseguran en la agrupación.
Y es que la crítica a la industria de la peletería es directa, ya que para poder fabricar sólo una chaqueta se necesitan alrededor de 100 ejemplares. Según la Federación Internacional de Comercio de Pieles (por sus siglas en inglés) “el 85% de la producción de la piel es originaria de especies criadas en granjas que han sido domesticadas”. Entre las más comercializadas figuran los visones, zorros, turones, rakún finlandés, Chinchilla y nutria.
Lo más alarmante es que según la organización, que entrega cifras oficiales ya que asegura “proteger intereses de comercio de piel y promover la innovación, altas normas y una imagen positiva verdadera de piel y la industria de piel por todo el mundo” con estándares aceptados para el bienestar de animal tanto para la piel salvaje como para cultivada, anualmente se matan entre 50 y 60 millones de animales cuya carne se desecha y se usa sólo su piel.
Pero a muchos consumidores esta cifra no les interesa a pesar de que las cifras reales se disparan por el comercio ilegal. Según AnimaNaturalis “la industria peletera causa la muerte en el mundo a más de 140 millones de animales silvestres. 40 millones de estos animales son criados y matados en granjas y los 20 millones restantes son cazados utilizando trampas no selectivas que a su vez producen la muerte de otros 80 millones de animales no útiles para la peleterí¬a”, llevando a ciertas especies a la extinción como el visón del mar y al zorro de las Malvinas.
Pero eso a María Soledad la verdad es que no le importa demasiado. A sus 47 años, asegura que durante toda su vida ha usado pieles para vestirse. “Es casi una tradición familiar, mi mamá las usaba y yo también las uso. Es cierto que a veces tiene un costo desmedido, pero vale la pena lucirlas”, comenta sin mucho remordimiento más allá del económico.
Y tú que opinas ¿Vale la pena la muerte de animales en el nombre de la moda?
Uso de pieles: ¿Sacrificio en nombre de la moda?
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Rossana Ch