Nuestros animales están cada vez más humanizados. Sus comportamientos son a menudo comparados con las acciones de los seres humanos. Algunas personas señalan que sus “regalones” han buscado la muerte, científicamente aún no se acepta que perros, gatos o caballos, entre otros, tengan conciencia de sus actos. En la actualidad se reconoce que los animales pueden experimentar dolor, el que tengan conciencia de sus actos y que manifiesten intencionalidad para realizarlos, es materia de una discusión que inició en la década de los 70.
En 1978, Donald R. Griffin creó la etología cognitiva al apuntar que los animales podían pensar y razonar. En sus apuntes, entre las que se encuentran Question of Animal Awareness (1976) y Animal Thinking (1985), el zoólogo que reveló el sistema de ecolocalización de los murciélagos, afirmó que el nivel de complejidad y ajuste que muestra el comportamiento animal indica que no son meros autómatas y que pueden pensar, aunque no lo hagan de la misma forma ni sobre las mismas cosas que los humanos.
Estas teorías, si bien son aceptadas por gran parte de la comunidad científica, a su vez son criticadas pues dependen de la anécdota, lo que lo vuelve subjetivo y a menudo se homologan las actitudes animales a las humanas.
Ejemplificando el “suicidio”
En Agosto de este año, una osa en el noroeste de China se habría quitado la azotándose contra una muralla tras haber asfixiado a su hijo. Nadie sabe cómo, pero la osa logro escabullirse y llegar hasta donde se encontraba el osezno que aún se quejaba, luego que los profesionales del recinto le perforaron el vientre para instalarle la sonda que les permitiría recolectar su bilis de por vida.
María José Ubilla, magíster en Etología Clínica y Bienestar y candidata a doctor en Comportamiento de la Universidad Complutense de Madrid, “aterriza” estas conductas. “Habitualmente las personas homologan el comportamiento de sus mascotas con conductas humanas. Científicamente no hay ninguna publicación que hable del suicidio en animales. De hecho, se entiende que la decisión de quitarse la vida requiere de intencionalidad, cuestión que no se ha comprobado en ellos”, señaló.
“Si alguien atenta contra su vida se entiende que es un acto que tiene un fin. Si un perro mata o ataca a otro de su misma especie, eso se explica como el resultado de una conducta agresiva o debido al instinto de supervivencia”, añadió la especialista.
A pesar que en el mundo científico no está descrito el suicido animal, a diario se registran experiencias de dueños de mascotas que indican que sus animales muestran conductas suicidas. Estas van desde el dejar de comer hasta quedarse bajo la lluvia o la nieve sin buscar refugio hasta morir hipotérmicos.
¿Tú qué opinas al respecto?, ¿has notados algunas conductas suicidas en tus mascotas?
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¿Animales suicidas?
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Mascotadictos