Los caballos, animales nobles que necesitan de cuidado

Los caballos se caracterizan por ser animales ilustres que poseen una fuerza realmente impresionante. Logran su total desarrollo a la edad de cuatro años y viven hasta alrededor de los 25 años, aunque en algunos casos ésta puede extenderse pero no mucho más allá de los 30 años.

Para tener una buena relación con los caballos, es importante empezar con uno que sea dócil y que esté acostumbrado a ser montado. Es recomendable empezar con una yegua o un macho castrado, porque los machos jóvenes y sin castrar pueden ponerse nerviosos y difíciles de controlar por el hecho de oler a una hembra en celo.

Una yegua de siete años suele ser el mejor ejemplar para tomar contacto con estos animales, ya que acostumbra a estar con personas y a ser montada. Aunque siempre es necesaria la ayuda de un experto para obtener cierta técnica y dominio con el caballo. La forma de acercarse el caballo es de frente, de forma que pueda vernos y escucharnos.

El primer paso es ocupar el brazo de manera que lo pueda oler y cuando nos acerquemos, acariciar su cuello con palmaditas leves para demostrarle que no se tiene miedo. El caballo necesita de cuidados mínimos para su bienestar. Un punto a tener en cuenta es el espacio vital donde se pueda sentir cómodo, para evitar que se ponga nervioso y poder lastimarse.

Otros puntos a tener en cuenta en el cuidado de los caballos

-Se recomienda al menos llevarlo dos veces al año al veterinario

-Es de especial importancia una revisión dental periódica realizada por el veterinario. Habitualmente, cada seis meses se le tiene que realizar una lima de odontofitos.

-Las vacunas también deben hacerse de forma periódica. Se hace especial hincapié en aquellos caballos que suelen frecuentar concursos, ferias o exhibiciones.

-El caballo pueden tener parásitos. En el medio ambiente del caballo (hierba, agua, prados), hay numerosos parásitos microscópicos. La desparasitación permite evitar posibles enfermedades.

-El caballo necesita de una alimentación adecuada teniendo en cuenta su edad, raza y actividad. Posibles problemas derivados de una mala alimentación pueden ser la obesidad o la anemia.