Animales infieles por naturaleza

La infidelidad hoy en día no es solo en los humanos, también sucede en los animales. Estos sin saberlo son infieles por naturaleza, ya que la mayor parte de estos intenta conquistar a varias hembras a la vez.

En diferentes especies animales, debido a las infidelidades de las hembras, algunos de los descendientes de parejas son engendrados por otros machos. No obstante, esta conducta resulta difícil de revelar en la biología evolutiva, ya que puede suponer la atención paterna, además del riesgo de transmisión de enfermedades sexuales.

Investigadores alemanes hallaron una explicación a la infidelidad de las hembras de pinzón cebras en los genes heredados de sus ancestros masculinos, según publicó la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Wolfgant Forstmeier, coautor del trabajo e investigador del Instituto Max Planck de Ornitología de Seewiesen (Alemania) señaló que “el estudio demuestra, de acuerdo a su base genética, que la promiscuidad de hembras y machos tiene rasgos similares”.

Agregando que “algunos machos tienen unas variantes genéticas que aumentan su actitud promiscua, lo que les llevará a tener una descendencia amplia y variada. En el 50% de los casos, estos genes serán heredados por descendientes hembras, lo que hará que estén más interesadas por mantener una relación sexual con otros machos que con su pareja”.

Para llegar a esta resolución los investigadores estudiaron con bandas de color más de 1.500 pinzones cebra en cautividad de cinco generaciones distintas para mirar su conducta de apareamiento.

Además, realizaron estudios genéticos que mostraron que las hembras heredaron unos alelos que son los responsables de la promiscuidad de los machos.

Según el investigador, los resultados permiten entender por qué ciertas hembras poseen tendencias promiscuas, aunque no logren beneficio de ello. Además representan un cambio de paradigma en la interpretación de la infidelidad femenina y, una vez más, ponen de manifiesto que no todos los comportamientos son adaptativos.