Se viene una de las fechas más importantes del año, la Navidad, y una mascota es un regalo ideal para nuestros seres queridos. Alegría, amor y buenos momentos son algunas de las cosas que estas nos puede entregar de forma incondicional, lo cuál siempre es bienvenido.
Cecilia Prado, Criadora Pedigree, nos cuenta cómo podemos elegir a nuestra mascota en estas fiestas:
Llega la navidad y muchos niños manifiestan en su cartas al “viejo pascuero” el deseo de tener una mascota. Y el viejo de los regalos no ser resiste a una petición tan inocente y humana porque la comunicación que se establece entre el menor y su animal, es distinta a la que puede experimentar un adulto.
El viejo de barba blanca tendrá que sopesar muy bien en el perro que mejor compatibilice con la personalidad del niño y con su entorno porque hay razas más pacíficas y sedentarias y otras mucho más activas, poderosas y hasta agresivas. Tendrá que considerar los cuidados que cada raza requiere, el cariño que se le va a destinar y la autoridad que ejercerá su amo.
La primera interrogante es ¿de cuánto tiempo y dinero dispondrá la familia? Por ejemplo un Fox Terrier demora 10 minutos bañarlo, un maltes o Poodle tomará más de una hora. Por otro lado, con una pequeña taza de alimento al día tendremos para un chihuahua y para un San Bernardo se necesitan diez grandes.
El sexo del cachorro será indistinto, si se le esteriliza a temprana edad. En los países desarrollados, más de los 80% de cachorros que se vende para familias está esterilizado antes de los 4 meses, evitando muchas enfermedades y falencias para su ejemplar. Pero si se le deja la función reproductiva, habrá que hacerse cargo de todo cuanto esto acarrea: celos en las perras, cambios de conducta, peleas, marcación de territorios, enfermedades y por supuesto la reproducción.
Por último, así como el viejo pascuero maneja sus renos con autoridad, el cachorro que llega a una “nueva manada” también necesitará sentir líderes que sepan dominar, sin golpes, para acondicionar mejor la conducta del perro sin olvidar que la esencia de la raza no cambia.
Tras sopesar lo anterior, el señor de los regalos podrá dormir tranquilo. El niño tendrá la nueva responsabilidad de cuidar a su perro, alimentarlo, protegerlo y enseñarle. Será un “padre” mucho antes de serlo. Desarrollará un sentido de sí mismo, una actitud más empática y atrás quedarán las pataletas porque detrás del niño existirá un gran perro.
Un perro para cada niño en navidad
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