El día de ayer, ocurrió un nuevo ataque de un perro hacia personas inocentes. En esta ocasión, la víctima fue un bebé de tan sólo siete meses y su madre, al momento de ingresar a su hogar, en la ciudad de Con-Cón. El perro, de raza Bull Terrier, atacó sin provocación alguna, ocasionando lesiones graves en la cabeza del menor y de su madre, quien al intentar proteger a su hijo, también resultó agredida.
Hay que mencionar, que la mayoría de estos incidentes, quedan en la máxima impunidad para los dueños de las mascotas agresoras. Sin embargo, casi todos estos accidentes, terminan con secuelas de por vida para las víctimas. Una y otra vez, esto se repite y la ineptitud de nuestros legisladores ha significado el que todavía no tengamos una ley de responsabilidad en la tenencia de mascotas.
Afortunadamente, hace algunas semanas, el abogado Alfredo Morgado, anunciaba la resolución del Ministerio Público, de formalizar por lesiones graves -gravísimas-, a los dueños del perro Pit-Bull que atacó el año pasado a una menor de 1 año y 2 meses, en la comuna de San Bernardo, quien quedó con la perdida de un ojo y graves lesiones en su rostro. Lo anterior, sienta todo un precedente en materia legal y la pena a la que se expone el responsable del animal, es un máximo de hasta 3 años de cárcel.
Es de esperar que a la brevedad contemos con una debida ley. Pero mientras aquello no suceda, ojalá que los dueños de perros que pueden ser catalogados como feroces, o cualquier raza que tenga la capacidad física para generar daño a otra persona, tomen conciencia y entiendan que no pueden dejar a sus mascotas sueltas por la calle o en parques. Con lo anterior, es relevante recalcar que cualquier daño que ocasionen a otras personas, es responsabilidad netamente de ellos y de nadie más.