Quienes tienden a criar a mascotas hembras, puede que se sientan más cercanos a este tema, puesto que este síntoma, se da exclusivamente en ellas. Se trata de un periodo de sus vidas en que sienten todas las características de un embarazo, sin necesariamente estar esperando crías. Están débiles, no realizan casi ninguna actividad física y se estimulan constantemente para tener leche en sus mamas.
El embarazo psicológico es un fenómeno totalmente fisiológico. Generalmente se da en hembras que no han sido esterilizadas, por lo que el trastorno es mucho más común en las que aún no han sido cruzadas. Esto se genera a los tres meses de celo y es posible de identificar, porque hay ciertos aspectos físicos y psicológicos que se distinguen de forma inmediata en nuestras mascotas.
En primera instancia y, para ser un poco más específicos, una de cada dos perritas sufren de este síntoma a lo largo de sus vidas. Lo anterior, puede generarse más de una vez, con mayor o menor intensidad, sobre todo en las hembras que no han procreado. Aún así, según la página oficial de Mundo Animalia, “no existe una causa determinante para este trastorno y se produce después de la ovulación, indistintamente de si el animal está fecundado o no, aparece en el ovario, como consecuencia de la expulsión del óvulo, un pequeño quiste llamado cuerpo lúteo. En los pseudoembarazos suele haber una disfunción del cuerpo lúteo. Se produce cuando el pequeño quiste, en vez de degenerar, se mantiene activo estimulando así todo el mecanismo del embarazo”.
La médico veterinario del Centro Veterinario PetCare, Janyna Montenegro, explica que “la pseudopreñez o embarazo psicológico es un proceso que se produce después del celo en las perritas. Manifiesta distintos tipos de síntomas, a veces hay algunos mas notorios que otros, como por ejemplo, aumento de peso, igual a como si estuviera embarazada. Además, se ponen más ansiosas y en muchas ocasiones, hay producción de leche, 45 días post celo. Cercano a los 60 días, las perritas creen que van a parir sus cachorros y adoptan conductas maternales y hacen nido”.
Si con estos datos, aún te sientes un poco perdido, lo más probable es que al momento de que tu perrita
tenga los síntomas del un embarazo psicológico, también se le noten ciertos rasgos físicos que te ayudarán a identificar este trastorno en ella. Una de los más evidentes, es la hinchazón de sus mamas; esto porque producen leche o líquido seroso. Su estómago también estará un poco más grande que antes. Así también, tendrá flujo vulvar.
“Lo más importante es que si ves a tu perrita con actitudes extrañas post celo, sin haber sido cruzada, es que la lleves a un control veterinario, ya que si en el caso que haya producción de leche y no se controla, podría producirse una mastitis; una inflamación e infección de la glándula mamaria, patología muy dolorosa y que compromete el estado general de tu perrita. Si una perrita repite varias veces esta condición en sus celos y ella no está destinada a la reproducción, lo ideal seria esterilizarla”, agrega la doctora.
Embarazos psicológicos: Más que un simple trastorno
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Mascotadictos