Nunca en mi vida he tenido un animal, bajo mi cuidado, que esté en celo. He tenido casi puras gatas, las cuales, después de la primera camada, fueron esterilizadas. La decisión no pasó por mí. Además, al parecer, era la única opción realmente considerable para los dueños en ese momento.
Las perras tienen su primer celo entre los 6 a 24 meses y dura alrededor de un mes. Esto se repite una vez cada 5 a 8 meses, todo dependiendo de la raza de tu mascota. Se recomienda que durante este tiempo, mantengas a tu perra tranquila, sin muchos juegos rudos ni agotadores.
En las gatas, el primer celo llega a los 6 meses de edad, aproximadamente, y pueden tener entre 2 y 4 períodos al año, con una duración de 15 a 22 días.
Si tuviera una perrita o gatita, no estoy tan segura de que esterilizarla sería el camino que elegiría. Creo que meterse con la naturaleza así, a través de una operación como una histerectomía, no puede ser beneficioso para el pobre animal que no tiene voz ni voto en este cambio tan impactante. Seguro el cuerpo debe sufrir montones de trastornos, como ocurre con la menopausia, que en humanos es tratada con medicamentos, pero en mascotas, nunca he visto a alguien preocuparse del desbalance hormonal de su animal.
La otra opción, son los anticonceptivos, orales ei nyectables, los cuales, además de depender exclusivamente de nuestra memoria, pueden presentar los siguientes efectos secundarios:
- Enfermedades en los órganos reproductores, como endometriosis (alteración del endometrio) o piómetra (infección en el útero).
- Enfermedades mamarias, como tumores e hiperplasias.
- Alteraciones pancreáticas, como diabetes.
- Desfases en el ciclo menstrual, que puede variar entre meses hasta años.
- Aumento del apetito, con el peligro de sobrepeso.
- Cambios en el comportamiento
Debido al peligro que presentan estas pastillas, se usa mucho la opción de la esterilización definitiva.
He leído que una tercera opción, mucho más “natural” sería ponerle calzones a la gata o a la perra, durante el celo. Lo encuentro un poco ridículo y quizás se lo sacarían de un mordisco, pero igual se usan! En Mercado Libre los encontré, porque en tiendas especializadas, no pude llegar a ellos.
El tema es complicado y creo que merece una reflexión responsable y no solo considerando el costo de la opción escogida, o del cuidado que ésta implicaría, sino también pensar que estamos influyendo en la calidad de vida de nuestra mascota, que debería ser una prioridad.