La ley que permite al reglamento de los condominios prohibir las mascotas, ha causado varios dolores de cabeza últimamente en el Congreso. Esto, tras el proyecto enviado por el senador Alejandro Navarro, que buscaba modificar este mandato y dejarlo nulo, para así, proteger la tenencia de animales en la propiedad de cada individuo. Sin embargo, el intento quedó en nada y la moción fue rechazada por la Comisión de Vivienda.
La polémica por remover esta ley comenzó a tomar vida el año pasado cuando la psicóloga Maria Cristina Gaete, debió pasar una noche en la cárcel por no querer pagar la multa de 3 UTM, por la tenencia de tres gatos en su departamento. Esta situación la llevó a contactarse con el senador Alejandro Navarro, a quien le pareció muy injusta la medida. Desde entonces, juntos han trabajado para eliminar este mandato de nuestro país.
Pese al rechazo de esta iniciativa, sus argumentos parecen ser contundentes: la psicóloga Maria Cristina, dice que el impedimento a tener una mascota es un retroceso increíble en el desarrollo democrático de nuestro país. Agrega además, que la libertad a decidir con quien vivir, sean personas o mascotas, es absolutamente individual y no tendría porque estar condicionada por ningún comité administrativo.
En mi opinión, mientras cada uno tenga el criterio apropiado para elegir que tipo de mascota puede vivir en un departamento, no significaría mayor problema. Es decir, si quisiera tener a un perro de raza grande, que necesita mayor espacio y es muy ruidoso, evidentemente la situación generaría perjuicio tanto para el animal como para los vecinos, sin embargo, eligiendo la mascota apropiada no debería representar grandes complicaciones.
Como experiencia personal, vivo en departamento y hace algunos años tuve un Poodle Toy que nunca significó ningún problema para los vecinos de mi condominio. Por suerte, el comité nunca estuvo en desacuerdo con la tenencia de mascotas y nunca representó un malestar. Mi perro era tranquilo e incluso avisaba cuando debía hacer sus necesidades, de modo que lo llevaba a dar una vuelta y asunto resuelto. No veo lo terrible de la situación.
Si se trata de gatos aún es mucho menor el problema. Es decir, los perros por esencia son más ruidosos y podrían representar, en alguna medida, cierto malestar en los vecinos, sin embargo, los gatos no imagino en que podrían incomodar.
Me parece mal que no hayan recibido de buena manera la propuesta, porque cada cual debería poder decidir lo que ocurre dentro de nuestro metro cuadrado, más aún si es la compañía de una mascota que tantas alegrías nos generan. Y tú, ¿qué piensas?
Rechazan tenencia de mascotas en departamentos
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Mascotadictos